Con el fin de ablandar el agua, eliminando los procesos de incrustación en los elementos o electrodomésticos que incrementan la temperatura del agua, produciendo un agua muy suave que incrementa las características de los detergentes, reduciendo su uso y haciéndolos más efectivos en sus finalidades. En este proceso se pasa de un agua incrustante, a la que intercambiando los iones de Calcio, Magnesio y Potasio (que son los que producen la dureza del agua) por Sodio y convertimos en un agua blanda pero desequilibrada, en la mayoría de instalaciones, se pasa de un agua incrustante a un agua corrosiva, y con el fin de paliar sus efectos en los elementos metálicos de la instalación, se incorpora la dosificación de sales de polifosfatos en grado alimentario, obteniendo un agua idónea para los servicios generales de una vivienda. Pero como complemento para poder utilizar el agua para el consumo, falta el equipo que corrige el exceso de sodio y contaminantes, pues con este tratamiento no se ha reducido ni los nitratos, sulfatos o cloruros.